Gante, jaque a su rey.

Dicen las crónicas de la época que la ciudad se vistió con sus mejores galas para recibir a los condes de Flandes Felipe el Hermoso y a Juana I de Castilla conocida como Juana la Loca .

Fue el 24 de Febrero del 1500 cuando nació en Gante su segundo hijo Carlos. La ciudad engalanó sus calles desde Prinsenhof (Palacio Casa del Principe) hasta la catedral de San Bavon para celebrar el bautizo del que sería el futuro emperador Carlos I y V de Alemania.

Dicen que Isabel la Catolica al saber del nacimiento de su nieto recitó un pasaje de la Biblia: “Cecedit sors super Mathiam” (la suerte cayó en Matías) aludiendo al gran futuro que esperaba al príncipe recién nacido.

Con los años Carlos adquirió los derechos sobre los Países Bajos y el Ducado de Borgoña, sobre la Corona de Aragón y Castilla, sobre las posesiones en Italia y las nuevas conquistas en América, los derechos sobre el trono de Austria y sobre la corona de Sacro Imperio Romano.

Con todo ello Gante reunió en una sola persona a todo un Imperio.... el español.

Gante siempre tuvo reputación de cuidad rebelde, pero en el año 1537 los ganteses se negaron a pagar más impuestos para financiar las guerras del Emperador contra Francia.

Carlos muy molesto por la eterna obstinación de la ciudad regresó con 5.000 soldados, firmemente decidido a someter a los ganteses definitivamente. La vengaza a tal rebelión fue implacable: la ciudad perdió sus derechos y fue degradada al rango de ciudad de segunda categoría, las puertas de la ciudad derribadas y la gran campana Roeldan, simbolo de la independencia gantesa, fue descolgada de la torre municipal. Durante 10 dias sus gentes, nobles incluidos fueron acusados de delitos de desobediencia, falsificación de documentos, insurrección popular, rebeldía y delito de lesa majestad y por tanto condenados a una humillación popular.

Gran parte de los habitantes de Gante fueron ahorcados y un cortejo de ilustres ganteses fueron obligados a doblegarse al emperador Carlos y pedir clemencia en voz alta saliendo a la calle descalzos, con una simple camisa y andar sujetos por una soga alrededor del cuello. Por eso los ganteses tienen el apodo de stroppendragers (los que cargan la soga).

500 años despues, los habitantes de la que en tiempos fue la segunda ciudad de Europa septentrional llevan con orgullo dicho sobrenombre y conmemoran aquellas negras jornadas durante las Gentse Feesten (entre el 19 y el 28 de julio) iniciando dichas fiestas con una procesión con la soga al cuello blanca y negra (hoy convertida en simbolo de la ciudad), descalzos y con camisa, para recordar así como el emperador, nacido en la propia Gante, humilló a sus conciudadanos.